ATENCIÓN

Gracias a todos los que leyeron mi anterior aviso sobre las imágenes de san Juan Nepomuceno. Habéis sido muchos quienes me escribisteis para darme noticia de algún Nepomuceno que conocíais, y os lo agradezco de veras.

Ahora, siguiendo con otras investigaciones, estoy centrada en varios asuntos y quería volver a pedir vuestra colaboración: si alguien conoce cepillos limosneros con representaciones de santos y no le importa hacérmelo saber o mandarme una fotografía (raquelsiguenza@msn.com), lo agradeceré igualmente. También tengo interés en imágenes de ánimas (cuadros de ánimas, los mismos cepillos que mencionaba...)

¡Muchísimas gracias a todos por vuestra ayuda!

Iconografía oculta

Un apartado en el que todo el mundo puede participar. Cada semana os invito, a modo de juego, a descubrir qué se representa en una imagen. Podemos, entre todos, ir aportando pistas que, sin desvelar por completo el asunto, nos acerquen a la solución. Si tenéis interés por la iconografía, tanto cristiana como clásica, os animo a que enviéis vuestras opiniones. ¡Será divertido!





















domingo, 8 de abril de 2012

Los dioses del panteón clásico: Hefesto

Hefesto es el dios griego del fuego y la forja, de los herreros, artesanos, escultores, los metales y la metalurgia. Su equivalente en la mitología romana es Vulcano. Es hijo de Hera, quien lo concibió por sí misma después de tocar una flor, celosa porque Zeus engendró a Atenea, aunque en alguna versión se dice que Zeus es su padre. En una de las interpretaciones del mito, en la que el nacimiento de Hefesto es anterior al de Atenea, se cuenta que fue Hefesto el que abrió la cabeza de Zeus de un hachazo para que saliese su hermana. La fragua de Hefesto se sitúa tradicionalmente en el Olimpo, aunque versiones posteriores del mito asocian la fragua con el Etna.


Después de su nacimiento, su madre Hera lo vio tan feo y enclenque, que lo arrojó desde el Olimpo al mar, al que tardó nueve días y nueve noches en caer. Allí, lo recogieron Tetis y Eurínome, y lo cuidaron en la isla de Lemnos, en una gruta donde creció y se convirtió en un maestro artesano.
Hefesto fabricó tronos de oro para Zeus y para otros dioses, y casi todos los objetos metálicos con poderes de éstos: las sandalias aladas de Hermes, el cinturón de su esposa Afrodita, la égida de Zeus, el carro de Helios, así como los rayos de Zeus, y fabricó un trono mágico de diamante para su madre Hera, que le envió como regalo. Cuando Hera se sentó en él, quedó atrapada en el trono, incapaz de moverse. El resto de los dioses olímpicos le pidieron a Hefesto que regresase y liberase a su madre, pero éste se negó: aún estaba molesto por su expulsión y caída del Olimpo. Entonces entró Dioniso en escena; fue a buscar a Hefesto y lo emborrachó, llevándolo al Olimpo montado en una mula. Cuando Hefesto volvió a su ser, viéndose con el control de la situación, puso varias condiciones para liberar a Hera, entre ellas desposar a Afrodita, la diosa de la belleza, aunque no tuvieron descendencia.
Hefesto era uno de los dioses más ecuánimes, pero feo y de mal carácter. A pesar de ello, estaba tan contento al casarse con Afrodita, a quien nadie podía poseer,que fabricó hermosas joyas para su consorte. Ella tenía una relación en secreto con Ares, el dios de la guerra. Helios, el sol que todo lo ve, informó a Hefesto de la infidelidad de su esposa, y éste forjó una red de plata irrompible que atrapó a ambos amantes en la cama. Hefesto llamó a todos los dioses para que vieran lo ocurrido y se burlaran de Ares y Afrodita. El marido engañado hizo que los adúlteros prometieran terminar su relación antes de liberarlos, pero cuando estuvieron libres escaparon y rompieron su promesa.
Durante la guerra de Troya, Atenea le pidió que le fabricara un equipo especial. Hefesto le dijo que no le pagara, que lo haría por amor. Ella entró en la fragua para ver cómo Hefesto trabajaba el metal cuando él se dio la vuelta y trató de violarla: había sido víctima de una pesada broma de Poseidón, quien le había dicho que Atenea iba a su fragua con la esperanza de que le hiciese el amor violentamente. Atenea se apartó, y Hefesto eyaculó en su muslo. Ella se limpió con un pedazo de lana que arrojó con asco contra el suelo, cayó cerca de Atenas y fertilizó a Gea, quien no quiso responsabilizarse del hijo. Atenea se hizo cargo, y ocultó al niño cuando nació, para que Poseidón no se enterase del desenlace de su broma. Así nació Erictonio, que fue entregado a la princesa Agaluro de Atenas, hija mayor del rey Cécrope (http://cuadrosparaunaexposicion.blogspot.com.es/2011/03/un-tapiz-con-representacion-mitologica_17.html).
En el arte se suele reflejar su aspecto grotesco y deforme, y se le representa cojo, sudoroso y con la barba desaliñada. En algunas representaciones en vasijas antiguas aparece con los pies del revés, apoyado sobre una vara o sobre su fragua (como en la imagen superior, Vulcano, 1742. Guillaume Coustou el Joven. Museo del Louvre, París). La imagen inferior es quizá la representación más conocida de Hefesto-Vulcano: La fragua de Vulcano (Óleo de Diego Velázquez, 1630. Museo del Prado), acompañado por sus ayudantes, los cíclopes y sus hijos, y representa el momento en que Helios-Apolo le da la noticia de la infidelidad de Afrodita-Venus con Ares-Marte.
Bibliografía: GRAVES, Robert, Los mitos griegos I, Londres, Cassell, 1968, pp. 91-93. Dirección URL: http://es.scribd.com/doc/5313460/Graves-Robert-Los-Mitos-Griegos-I
http://es.wikipedia.org/wiki/Hefesto
http://es.wikipedia.org/wiki/La_fragua_de_Vulcano
Imágenes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Vulcan_Coustou_Louvre_MR1814.jpg
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Diego_Velasquez,_The_Forge_of_Vulcan.jpg

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